Por qué un curator no siempre combate la infoxicación

infotoxificacionEl último post que publiqué en este blog reseñaba un artículo que pretendía examinar el cómo y el por qué de la content curation , estudiando la actividad de los usuarios en Pinterest y en Last.fm. Entonces mencioné sus principales hallazgos, siendo uno de ellos el hecho de que los usuarios parecían obtener el contenido de fuentes no populares, ni con un alto PageRank, y que ello, según los autores, podía proporcionar a los curators un sentido de valía personal.

A mí esta reflexión me parece muy pertinente, porque desde que se popularizó el término content curator hay la tendencia a asociarlo a una labor de desinfoxicación. Pero esta idea tiene dos problemas, relacionadas con los hallazgos del artículo:

En primer lugar, si de desinfoxicar se tratara, no habría ningún motivo aparente para descartar el contenido de sitios web populares. A priori, los contenidos de estos sitios pueden ser tan interesantes como los contenidos de sitios menos conocidos. Si se tienden a excluir los sitios populares es porque, como remarcan los investigadores, la selección, el descubrimiento de «lo raro», puede proporcionar al curator un sentido de valía personal, un plus de autoestima. Puede que el resultado parezca el mismo: al fin y al cabo, se reduce el ruido del exceso de información. Pero las motivaciones no son iguales, y por lo tanto el resultado de la actividad tampoco. Incluso me atrevería a decir que la motivación por «desinfoxicar» puede llegar a ser lo de menos (como veremos en un momento).

Por supuesto, los resultados del estudio están limitados a la muestra y a las plataformas elegidas, pero la tendencia a descartar las fuentes populares y a buscar lo raro, lo que yo llamo la estrategia de la escasez, es una tendencia nada desdeñable en la content curation, y que ejemplifica a la perfección la popular Maria Popova.

En segundo lugar, la infoxicación es un concepto con una gran carga subjetiva: aunque el volumen de información no deja de aumentar, uno no puede sentirse infoxicado por cuestiones por las que no siente ningún interés, o que no se molesta o no necesita investigar, independientemente del número de artículos, de fotografías o de vídeos que se publiquen al año sobre el tema. Y ése es precisamente el principio por el que muchos content curators se han labrado una reputación: como diría de nuevo Maria Popova, descubrir a la gente cosas en las que no sabían que estaban interesadas hasta el momento en que el curator se las descubre. Hacer equivaler al content curator con un desinfoxicador sólo tiene sentido si se considera al curator como una especie de estratega en inteligencia competitiva, donde los objetivos y las finalidades de la actividad están (en principio) bien definidos. Pero ni que decir tiene que el ámbito empresarial no es el único, ni el más interesante, de aquellos en los que podemos hablar de content curation.

Consideremos un resultado relacionado con el hallazgo del tipo de sitios del que provenían los contenidos. Los autores remarcaban que, a pesar de la baja popularidad de esos sitios en rankings estándar, parecía haber un consenso en cuáles eran los ítems más «curados». Además, las acciones de «curación» estaban muy orientadas hacia los top items de cada sitio.

The top 10% (0.1%) of items get over 70% of the curation actions on Pinterest (Last.fm), indicative of a synchronised community.

Según los autores, estos resultados proporcionan evidencia para la teoría del analista Clay Shirky de que la tarea de la «curación» es sincronizar a una comunidad para que, al mantener conversaciones sobre los mismos temas en los mismos momentos, puedan tener unas conversaciones más ricas. Y aquí es donde enlaza el comentario que hacía más arriba, cuando mencionaba que la motivación por desinfoxicar puede ser completamente secundaria. El mismo Shirky también ha comentado que existe la tendencia a contemplar lo escaso como poseedor de un valor intrínseco, en contraposición con lo abundante. Centrarse en lo escaso puede entonces ofrecer otra motivación al curator: por asociación con el valor de lo escaso, el ánimo de generar conversaciones más valiosas que aquellas que se organizan en torno a los contenidos más populares (entiéndase «abundantes»).

Resumiendo: un content curator no es necesariamente una persona con una vocación de servicio público, movida por la motivación de reducir el ruido informativo. Asimilar un curator con un desinfoxicador tiene pleno sentido en según qué ámbitos profesionales, pero fuera de ellos pesan otras motivaciones que, por similitud de resultados, a menudo se confunden con la labor de desinfoxicar: la creación de una valía personal y la voluntad de mantener conversaciones más ricas (al menos a priori), basadas en el supuesto valor de lo escaso.

Imagen via Infonomía

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